Me sorprende mucho la poca implantación que tiene el uso del GNC (Gas Natural Comprimido) en la automoción particular. Con precios que oscilan entre 0,75 y 0,9 el kilo y un consumo alrededor de 3,5 kg/100 km, es una opción muy económica. Si añadimos a ello que el uso del GNC le otorga al vehículo la etiqueta ECO, las ventajas empiezan a ser más que evidentes.

Es la falta de implantación de estaciones de servicio con GNC desidia de la administración o se ha querido dar prioridad a los híbridos eléctricos? O quizá ¿Era la falta de vehículos con esta tecnología la que no ha forzado dicha implantación?
A pesar de esa pescadilla mordiéndose la cola, pocas excusas van a caber porque la apuesta de SEAT por este tipo de hibridación gas-gasolina, va a crear una red de ‘gasineras’ que van a permitir moverse con ese combustible prácticamente por toda la península.
La pescadilla se va a seguir mordiendo la cola pero ahora porque cada vez vamos a tener más coches son GNC y, por tanto, se van a crear puntos de repostaje para la creciente demanda.

Bienvenido sea el gas, la menos contaminante de las alternativas, sea cual sea su origen.