Silencio y palabra, camino de evangelización

 Este es el lema de la cuarenta y seis jornada mundial de las comunicaciones sociales, que la Iglesia propone el domingo día 20 de mayo, solemnidad de la Ascensión. Es esencial para la persona el comunicarse, y así lo vivimos. En el extremo contrario está la soledad por falta de comunicación, uno mismo que se cierra o los demás. Los medios que tenemos debemos utilizarlos bien, así estamos constituidos, el silencio y la palabra, la imagen y los gestos o el cuerpo, la escritura y las artes plásticas. Estos medios se vienen desarrollando por la técnica, radio, televisión, cine, prensa, libros y los más modernos, internet, redes sociales, etc.

Todos estos medios tienen su unidad y sentido en la persona, cuando se comunica o cuando escucha, es decir, cuando dialoga, pues necesita comunicar la verdad e incomunicar la mentira.

El Papa al hablar del lema de la campaña dice que el silencio debe alternar con la palabra para preservar mejor la calidad del mensaje que debe transmitir. "Una sociedad conocedora de la verdad, es una sociedad más libre, más justa y más humana". Pero, si principalmente lo que importa es la audiencia, la mentira fácilmente será utilizada como medio más eficaz para ese fin. De este modo surge la discordia y, por ejemplo, los debates, tan utilizados, no buscarán aclarar la verdad, sino indicar que no hay verdad o confundir y enfrentar a todos.

"Agradecemos a los comunicadores y profesionales de los diversos medios, que han hecho de la verdad su trabajo habitual"

"Una sociedad conocedora de la verdad, es una sociedad más libre, más justa y más humana"

"Si principalmente lo que importa es la audiencia, la mentira fácilmente será utilizada como medio más eficaz"

 Es necesario el silencio, "contemplar, para no contemplarse", para tener criterios claros y no tragarse todo lo que le echen. Dispone para conocer la Verdad, la Bondad y la Belleza de Dios. Por eso anunciar a Jesucristo, camino, verdad y vida humaniza la comunicación. Los cristianos tenemos ese don de Dios, que agudiza la imaginación, y esa responsabilidad.

Agradecemos a los comunicadores y profesionales de los diversos medios, que han hecho de la verdad su trabajo habitual y valoramos el servicio que realizan a los conciudadanos; de ellos depende en buena medida el progreso de una sociedad que necesita la verdad para servir mejor a todos sus miembros. Esta es la misión de la Iglesia según el mandato del Señor.

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